domingo, 27 de noviembre de 2011

Siento que no siento nada

Ella era mi hermana. Era mi vida. Prácticamente nací con ella. He vivido con ella los momentos más importantes de mi vida y sé que ella ha vivido sus momentos más importantes junto a mí.
Y de repente, PLOF. Todo desaparece. Ella cambia. Después de 14 años, me demuestra la persona que realmente es. 
Y que pena, que pena por mí, no por ella. Por que he pensado que la conocía, que era mi otro yo, el complemento que le falta a todo el mundo y que yo me sentía afortunada de obtener. Y no, todo lo contrario.
Pero dicen que lo que no mata hace más fuerte. Así que me toca seguir con mi vida sin ella, y acotumbrarme que incluso la persona que más conoces y que más te conoce te puede fallar.
Pero hay algo que ni ella, ni las lágrimas que he derramado por ella, van a hacer que de mi mente se borren todos nuestros recuerdos. Todo lo que hemos vivido, en su casa, en la mía, en la playa, en su pueblo, nuestra primera vez, nuestro primer niño. Todo eso se quedará en mi memoria toda la vida. Así que por eso y a pesar de todo... GRACIAS.

Ellos son mi orgullo

Ellos son mi vida. Mi orgullo. Hacen que esté sonriendo durante 90 minutos. Consiguen que mi vida se centre en ellos; si, durante 90 minutos.
Como todo el mundo tienen fracasos, pero sus victorias opacan dichos fracasos -valga la rebundancia-. Consiguen que millones de personas en todo el mundo se unan y sean uno sólo. Consiguen que millones de personas en todo el mundo olviden sus problemas, sus tristezas, sus lágrimas. Sólo para estar con ellos, para gritar con ellos, para llorar con ellos. Para celebrar con ellos. Para gritar gol, gritar falta, para cantar o simplemente insultar, mejor dicho, definir a ciertas personas.
Y todo esto lo consiguen ellos. Mi orgullo. 


Por que no es una bandera ni tampoco un color. Es un sentimiento que une a millones de personas. 
Y ellos son el Real Madrid F.C.