lunes, 7 de enero de 2013

Y un año después...

Releyendo mis entradas antiguas me he dado cuenta que el 50% de ellas van dedicadas a la que era mi mejor amiga-hermana-llámalo como quieras, y el otro 50%  a el niño que me gustaba-el error de mi vida-llámalo como quieras.
Pues un año después puedo decir que estoy mejor en esos dos aspectos. Qué coño mejor, mucho mejor. Pero no del todo bien. Respecto al segundo llámalo como quieras estoy perfectamente perfecta. Las cosas pasan y se olvidan, aunque el principio sea duro y cueste mucho. Él forma parte de mi pasado y, es más, me alegro mucho de que siga con la niña por la que me dejó, espero que sea muy feliz y también espero no encontrármelo nunca por la calle. Simplemente.
Respecto al primer llámalo como quieras las cosas ya se tuercen un poquito. ¿Por qué? Pues por que de verdad la quería, básicamente. Y por que cuando te acostumbras a vivir durante catorce años junto a una persona es difícil asimilar que ya no está y también es complicado intentar acoplar tu día a día sin ella. Y yo sigo en ello, por que me está costando mucho levantar cabeza. Y lo peor es que el motivo por el que después de un año y varios meses no esté bien sobre este tema es por que no consigo colocar a alguien en su lugar. No sé si es por que no hay nadie como ella, por que me da miedo volver a confiar así o simplemente por que no quiero que otra persona ocupe su lugar.
Hay algo que me dijo mi hermana una de las muchas veces que he hablado con ella sobre este tema que se me ha quedado grabado en la cabeza: "No vas a encontrar a nadie que la remplace, porque no existen dos personas iguales, pero sí vas a tener a alguien que te hará sentir lo que un día consiguió ella. Sólo tienes que dejarte". Y bueno, en eso estoy. Pero sigue siendo complicado.




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